¿Qué comen los insectos? Introducción a la cría
Según Naciones Unidas, cerca de 2.000 millones de personas en el mundo, es decir, el 80% de la población ingiere insectos comestibles de una manera habitual. Por lo que es una cuestión de tiempo que esta práctica alimenticia se extienda a todo el planeta. A partir de ahí, deben surgir otros interrogantes y aspectos a desarrollar a la vez que aumenta la costumbre de consumir insectos; uno que es esencial sería la forma de alimentarlos. Por ello, hemos decidido dedicar este artículo a las mejores formas de alimentar a los insectos, especialmente en la etapa de cría de estos animales.
¿Qué comen los insectos durante su etapa de cría?
Cuando pensamos en insectos y en sus hábitos alimenticios, es fácil pensar que no deben ser muy delicados, sino que pueden alimentarse casi de cualquier sustancia alimenticia y de que las diferentes especies de insectos están adaptadas al medio que les rodea; esto no está muy lejos de la realidad, pero sería una forma de simplificarlo demasiado. Cada especie de insectos posee sus propios hábitos y preferencias alimenticias. Esto ha hecho que su cuerpo, especialmente la parte que utiliza para ingerir alimentos, se haya adaptado a su dieta a lo largo de millones de años. Esta es la clasificación de algunas especies de insectos según lo que comen y la forma de hacerlo.
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Tipos de insectos: según la forma de ingerir alimentos
Según la forma en la que tratan, alteran e ingieren los alimentos, los insectos pueden ser:
- Insectos chupadores. Son aquellos que obtienen los nutrientes que necesitan para vivir, succionando diferentes sustancias naturales como puede ser el néctar de las flores o la savia de las hojas de los árboles, ejemplos de esto son las moscas, las mariposas y las cochinillas.
- Insectos masticadores. Que con sus piezas bucales roen, trituran y son capaces de perforar hojas, tallos, raíces y frutos, obteniendo así el alimento que después van a ingerir. Se conocen como insectos masticadores a las orugas, los saltamontes, escarabajos, los grillos, muchos tipos de gusanos y las mantis religiosas.
Tipos de insectos: dependiendo del alimento que ingieren
Dependiendo del tipo de alimento del que se alimenten se dividen en:
- Insectos herbívoros o fitófagos. Se trata de aquellos que se alimentan de sustancias procedentes de seres vegetales; son los más numerosos y a su vez, se pueden diferenciar entre los que se dedican a devorar las hojas, también conocidos como defoliadores (orugas, hormigas, arañas, grillos, chinches, …), de madera (escarabajos, termitas, …), polinófagos o aquellos que se alimentan casi exclusivamente de polen (abejas, mariposas, …), o insectos frugívoros, es decir, que se alimentan de frutos (chinches, moscas de la fruta, …); también es habitual que coman cortezas de los árboles y raíces.
- Insectos carnívoros o parásitos. Sobreviven a base de animales en descomposición y también se alimentan de otros insectos de menor tamaño. Para completar su ciclo deben alimentarse de diferentes presas, cadáveres y heces. Están los Dípteros, como las moscas o los himenópteros, como son las avispas y las hormigas.
También existen insectos a los que podríamos llamar omnívoros, es decir, que comen elementos vegetales y animales; un ejemplo de ello son los escarabajos.
¿Cómo se alimenta a los insectos en una granja?
En una granja de insectos, lo más habitual es la cría de grillos, gusanos y cucarachas; todos ellos insectos herbívoros o fitófagos y masticadores. Por lo tanto, su alimentación deberá estar basada en vegetales y frutas. Estas últimas, gracias a su elevado valor nutricional son las más utilizadas en la cría de estos animales. Con una tonelada aproximadamente de fruta no comercial, es decir, aquella que no es apta para la venta a las personas porque tengan golpes o no tengan un tamaño suficiente, y que por lo tanto, tiene un coste mucho menor, podemos obtener 450 kilos de vermicompost y 200 kg de harina.
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La alimentación en granjas nuevas
Para las granjas que comienzan a desarrollarse, supone una gran impulso a la utilización de estas frutas u otros subproductos vegetales, siempre que se encuentren en buen estado, ya que pueden obtener una importante rentabilidad. Como hemos mencionado anteriormente, este producto puede llegar a ser un problema para los productores de fruta, al no poder deshacerse de ella con facilidad, sin embargo, para los criadores de insectos es asegurarse la alimentación de todas sus crías. Como es lógico, la cantidad de fruta y restos vegetales necesarios irá en aumento conforme vaya creciendo nuestra granja.
En el caso de que se utilicen para la cría de insectos denominados carnívoros o incluso omnívoros, se podría plantear la posibilidad de una cría paralela de otros insectos, de menor tamaño para una alimentación directa o en forma de harinas en la que entrarían otras especies de estos animales.
En Proteinsecta llevamos tiempo preparando a todos los nuevos y ya establecidos proyectos de granjas de insectos, ayudándoles a crear, a desarrollar y a hacer crecer estos negocios de presente y de futuro. Trabajamos con el más absoluto convencimiento de que se trata de una actividad económica con grandes posibilidades de expansión y crecimiento, debido a las certezas científicas y biológicas que apuntan a la alimentación, tanto humana como animal, a base de insectos como uno de las soluciones para cubrir las necesidades alimenticias y las limitaciones de los recursos naturales utilizados hasta ahora.