¿Por qué podríamos integrar pronto los insectos en nuestra dieta?
Hasta el momento, encontrar un insecto en la comida era un hecho que suponía acabar con nuestro apetito de una sola vez. Sin embargo, la compañía Meticulous Research ha investigado sobre la alimentación humana con insectos, poniendo sobre la mesa los argumentos que predicen que pronto podremos estar comiendo insectos con total normalidad.
La entomofagia será una realidad
Tras el estudio, en el que se pone de manifiesto que el mercado de insectos alcanzará un valor de 1,18 millones de dólares para 2023, en la sociedad comienzan a verse atisbos de lo que es un interés creciente en comer insectos. Principalmente, por motivos que se asientan sobre la sostenibilidad de su cría y la rentabilidad al corto plazo, además de que suponen una fuente de proteínas que aporta a nuestra dieta los nutrientes necesarios.
¿Por qué es buena la entomofagia?
Existen suficientes razones para justificar este exponencial crecimiento del mercado de los insectos:
- Los insectos emiten menos gases dañinos por kilo de peso vivo de los que generan los animales de granja más comunes. Por ejemplo, una vaca produce 2.8 kg de gases de efecto invernadero por kg de peso corporal vivo. Sin embargo, los insectos producen solo 2 gramos de gases.
- Los insectos consumen menos recursos que el ganado tradicional: Por cada kilo que pesa el animal, una vaca necesitaría 10 kg de comida, los insectos por cada kilo solo necesitarían 1,7 kg de alimento.
- Los insectos necesitan menor cantidad de agua para producir proteína: El agua es un recurso cada vez más escaso en el mundo y por ello es interesante conocer esta diferencia. Para producir 1 gramo de proteína de insecto necesitamos 23 litros de agua, lo cual podría parecer mucho pero comparado con los 112 litros de agua que se necesitan para obtener 1 gramo de proteína de ganado, este dato se volvería sorprendentemente bueno.
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El “ganadero” de insectos
Si se analiza desde el punto de vista del ganadero, criar insectos será diferente a criar ovejas, cerdos o ganado. La ganadería en este caso se sitúa en una escala mucho menor, reduciendo la necesidad de maquinaria grande y costosa. En contraposición a otras granjas de animales, se pueden montar granjas de insectos en apenas 50 metros cuadrados. Además se podrían destacar algunas mejoras como:
- La suciedad desaparece, no habrá que lidiar con el barro.
- Los sacos pesados de comida se cambian por alimentos poco pesados.
- Salir al aire libre ya no será necesario para manipular el ganado, los insectos se crían en granjas de insectos interiores.
El futuro de la alimentación a base de insectos
Teniendo en cuenta que en el panorama global, 2.000 personas en todo el mundo consumen insectos, a nivel de normativa todavía queda pendiente mucho por hacer en Europa.
Suiza se convirtió, en 2017, en el primer país europeo en permitir la venta de alimentos para humanos hechos a base de insectos cambiando su normativa de seguridad alimentaria. Ese mismo año “Coop”, una de las cadenas de alimentación más importantes del país helvético, presentó una serie de hamburguesas y bolas de gusanos de harina en algunos de sus supermercados suizos. Para ello incorporaron como fuente de proteínas el Tenebrio Molitor, más conocido como Gusano de Harina a la mezcla junto a las verduras, especias y garbanzos.
A pesar de esto, en la UE todavía existen leyes que ponen trabas a la comercializaciómn, a pesar de que en el mundo hay 2.000 millones de personas que si los consumen. Sin embargo, el Reglamento sobre Nuevos Alimentos de la UE, que entró en vigor en enero de 2018, arroja esperanzas de cara a su aceptación en el sector alimenticio en Europa.
Con el paso del tiempo, la escasez de recursos y la sostenibilidad se convertirán en temas cada vez más importantes para la producción y distribución de alimentos.