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La Comisión Europea autoriza la comercialización de harina de larvas enteras de Tenebrio molitor tratada con radiación ultravioleta: bulos y verdades.
Desde hace varios días ha habido bastante revuelo entorno a la autorización por parte de la Comisión Europea para la comercialización de harina de larvas de Tenebrio molitor tratada con radiación ultravioleta, ya que en en redes sociales circulan ciertos bulos sobre este tema. Uno de los más difundidos es un vídeo en el que se alerta falsamente sobre la presencia de compuestos tóxicos y cancerígenos y su impacto en la salud del consumidor, lo cual está alertando a la población y provocando desinformación sobre el uso de insectos y sus derivados para la elaboración de productos alimentarios. Pero, ¿Qué hay de verdad y de mentira en esto? Hoy desmontamos este bulo y te contamos la verdad al respecto.
El uso de insectos en la alimentación humana en la UE
En la Unión Europea, el uso de productos derivados de insectos para la alimentación humana ha experimentado un notable avance en los últimos años. La Unión Europea ha aprobado varios insectos para el consumo humano, incluyendo el gusano de la harina (Tenebrio molitor), la langosta migratoria (Locusta migratoria), el grillo doméstico (Acheta domesticus) y el escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus). Estos insectos se consideran “nuevos alimentos” bajo el Reglamento (UE) 2015/2283 y requieren una evaluación de seguridad favorable por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) antes de su comercialización.
El potencial de los productos derivados de insectos es significativo debido a su alto contenido en proteínas y otros nutrientes esenciales, lo que los convierte en una alternativa sostenible a las fuentes tradicionales de proteínas. Además, su producción tiene un impacto ambiental menor en comparación con la ganadería tradicional, ya que requiere menos agua y tierra para su cría, y genera una menor cantidad de residuos.
En Europa, los productos a base de insectos están siendo integrados en una variedad de alimentos, desde snacks hasta alternativas a la carne y productos de nutrición deportiva. Determinadas empresas están obteniendo acuerdos para producir estos ingredientes bajo el marco de “Novel Food” de la UE. Aunque el mercado aún es incipiente, se estima que podría alcanzar un valor significativo en el futuro, con un potencial de hasta 8 mil millones de dólares para 2030.
A medida que más consumidores se vuelven conscientes de los beneficios ambientales y nutricionales de estos productos, el mercado promete expandirse aún más en el futuro.
Base legal y reglamentos para la comercialización de insectos y sus productos derivados
El Reglamento de Ejecución (UE) 2025/89 de la Comisión autoriza desde el 20 de enero de 2025 la comercialización de harina (polvo) de larvas enteras de Tenebrio molitor (gusano de la harina) tratado con radiación ultravioleta como nuevo alimento. Este nuevo reglamento modifica el anterior Reglamento de Ejecución (UE) 2017/2470. La empresa NutriEarth solicitó en 2019 a la Comisión una autorización para comercializar en la Unión Europea la harina de esta especie de insecto tratada con radiación ultravioleta como nuevo alimento. Dicha harina se puede utilizar como ingrediente para enriquecer panes y panecillos, bizcochos y pasteles, productos a base de pastas, productos transformados a base de patata, queso y productos derivados, y compotas de frutas u hortalizas, para la población general.
En este sentido, la EFSA ha evaluado este ingrediente como nuevo alimento y en su dictamen final concluyó que este nuevo alimento es seguro en las condiciones y niveles de uso propuestos, y por tanto, también cumple con las condiciones para su inclusión en dichos productos elaborados.
Por tanto, la seguridad de la harina tratada con radiación ultravioleta obtenida a partir de larvas enteras de Tenebrio molitor se basa en estudios y datos científicos sobre el proceso de producción y en los resultados de los análisis de composición. Gracias a esta exhaustiva investigación y revisión de datos se ha podido evaluar el nuevo alimento y concluir en el cumplimiento estricto de la normativa relativa a la alimentación humana de la UE.
Entonces, ¿Es realmente un peligro para la seguridad alimentaria?
En el citado vídeo que circula actualmente en redes sociales se afirma que en la composición de la harina de Tenebrio se incluyen compuestos tóxicos tales como metales pesados, aflatoxinas y dioxinas, entre otros. Esta afirmación es rotundamente falsa, ya que precisamente, tal y como se indica en el Anexo II del Reglamento, lo que se establece son las concentraciones máximas permitidas para cada uno de estos compuestos, y que no deben superarse para garantizar la seguridad alimentaria, ya que en caso contrario no estarían cumpliendo con la normativa de la UE y no podrían ser comercializados. La clave de la composición de este nuevo alimento no es la ausencia o presencia de estos componentes, sino en las concentraciones máximas y su evaluación exhaustiva que determine los valores permitidos en el producto final, al igual que ocurre con todos y cada uno de los alimentos que se comercializan en la UE.
Por otra parte, la radiación ultravioleta es utilizada simplemente en el proceso de esterilización con el fin de eliminar posibles contaminaciones por bacterias, virus, hongos y otros patógenos. En definitiva, cumpliendo con las normativas de seguridad alimentarias y de comercialización, este nuevo producto no supone un riesgo en la salud del consumidor.
De forma genérica, en los alimentos que incorporan productos derivados de insectos (todos ellos autorizados por la Unión Europea), se indica claramente en el etiquetado su presencia, no sólo por los requisitos exigidos por la normativa de etiquetado de alimentos o por la transparencia de la empresa, sino por el valor adicional y diferencial que supone el uso de este ingrediente. Este tipo de ingrediente es más costoso de producir que los convencionales y se utiliza en la industria alimentaria para complementar alimentos.
Cuando una empresa alimentaria incluye productos derivados de los insectos en sus formulaciones, lo comunica como un factor de calidad diferencial en sus ingredientes o productos. Además, dentro de los requisitos de etiquetado, también debe informar de la posible presencia de alérgenos similares a los de crustáceos y ácaros del polvo.